Escritor

Lenguaje: todos los hombres a la vez

Es un hecho que la cultura, como dice Lévi-Strauss, se manifiesta y asimila por medio del lenguaje; hablando es como aprendemos a comunicarnos para cubrir las necesidades más elementales y, al mismo tiempo, es lo que nos permite acceder a pensamientos tan complejos que nos hacen olvidar las palabras que usamos, tal y como no estamos pensando en pasos al caminar. También con el lenguaje logramos, en buena medida, comprender a los otros y hacer que entiendan nuestros razonamientos. Parecen obvias pero son facultades complejas y fascinantes.

La literatura tiene que expresarse con un lenguaje normalizado y con belleza, esa segunda tarea tiene la dificultad de la familiaridad con el tipo de lenguaje que emplea: el mismo del noticiero, de los sermones y de las condenas a muerte; pero de ahí surge su esplendor: esas palabras comunes, de todos los días, de cualquier lugar, el escritor las vuelve arte, música, imágenes, multiplica cada frase para decirnos eso y mucho más, entonces nos asombra y nos hace sentir comprendidos, parte del género humano, de una cultura que aún sin proponérselo genera la sensibilidad en un individuo, al grado de contagiarla a quien lo lee.

Aunque no todas las personas perciben ese grado del lenguaje, no dudan de la intencionalidad estética de un escritor, del modo en que aceptan la misma en un pintor o en un actor, independientemente de su comprensión del mensaje. Pero las palabras ininteligibles de un poema o de cualquier composición escrita pueden ser tan ajenas a alguien que ni siquiera entienda el primer grado del lenguaje, como si nunca hubiera conocido palabras, es decir, que se perciban tan vacías como un conjunto de ruidos. En esos casos uno de los dos, artista o receptor, están aislados de la cultura, escriben o leen con sordera, por eso no transmiten mundo, no leen sensaciones sino sucesiones de puntos alineados. Los escritores, creo yo, deben recordar que la belleza de las letras está en su origen y ese no es el diccionario sino la comunicación viva.

El lector ya sabe a qué se acerca cuando abre un libro, ya busca re-crearse a través de otro. El lenguaje es del completo dominio del hombre, por eso no se concibe cultura sin él y gracias a que se ha desarrollado la cultura, el hombre siente necesidad de ir más allá de lo práctico mediante la exposición de su interior, del reflejo del mundo a su alrededor; eso lo hace deslizarse encima de sí mismo para ser todos los hombres a la vez.

Jojana Oliva
Jojana Oliva

Maestra en Literatura Comparada (UNAM). Interesada en teoría, crítica, creación literaria así como en la relación entre las artes y entre literatura y ciencia.

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