Hace tan sólo unos días, una gigantesca tormenta solar cuyos efectos incluso se notaron en la Tierra en forma de espectaculares auroras, reclamaba la atención de los científicos. La enorme eyección de plasma era una nueva demostración, la más intensa hasta la fecha, del despertar del Sol que entra en un nuevo ciclo de actividad después de un período de calma que ha durado once años.
En la fase anterior, que terminó en 2008, el Sol parecía una bestia aletargada. Apenas se registraban movimientos notables sobre su superficie y sus características manchas solares, regiones fuertemente magnetizadas, parecían haberse borrado.
Esta cara inmaculada del Astro rey ha llamado profundamente la atención de los investigadores, incapaces de declarar con exactitud qué había provocado la desaparición de sus puntos oscuros casi por completo. Ahora, un equipo de estudiosos de la India y Estados Unidos, creen tener la respuesta tras haber realizado simulaciones de dinámicas magnéticas.
La explicación, que publica esta semana la revista Nature, reside en las variaciones en la velocidad de un flujo de plasma que atraviesa el interior del ecuador del Sol. Nadie es apto para explicar por completo dicha fuerza ni su impredecible aparición que, por momentos, parece una ceremonia animal, el rito sagrado de los organismos pluricelulares, el catastrófico juego que hace circular al viento, estancarlo y volverlo después huracán: La Seducción.
Eso muestran las conclusiones, basadas en un modelo matemático del Centro de Astrofísica Smithsoniano, un rápido flujo meridional en la primera mitad del ciclo, seguido de otro más lento en la segunda mitad, conduce a un mínimo de manchas solares. Expresado de otra manera, todo depende del ritmo combinado, de la alternancia y el contraste. Llega así el periodo de inactividad y mansedumbre.
Lo anterior, como es de esperarse, ha transformado a todo Sistema Solar y nosotros, aunque indemnes todavía, vivimos en un planeta muy propenso a la proliferación de substancias incitadoras, lo cual nos expone al me quiere y no me quiere en los ritmos de la circulación plasmática.
Para anticipar destellos que pudieran resultar en implosión o en drásticos cambios de dirección rotatoria, la Asociación encargada de las Relaciones Interplanetarias Evidentes e Ilusorias (ARIEI) ha decidido enviar una misión de especialistas en fenómenos involuntarios que comandarán la nave durante cinco años, en los cuales se espera que puedan prever no solamente los flujos de plasma que se aproximan intempestivamente en los cuerpos celestes sino aprender de su comportamiento y trascenderlo en un futuro. De resultar exitoso el cometido, hay posibilidad no sólo de sobrevivir sino de aprovechar la mínima actividad solar para realizar protocolos de estabilización y equilibrio calórico en los cuerpos (de los humanos).
Sin embargo, según señalan veteranos de la ARIEI, la fuerza de atracción, denominada Eros, es aniquiladora y las probabilidades de que la nave vuelva con las ambicionadas respuestas son tan reducidas como encontrar una aguja en un pajar.
Basado en la noticia «La desaparición de las manchas del sol, misterio resuelto», en:
http://www.abc.es/20110302/ciencia/abci-desaparicion-manchas-resuelto-misterio-201103021703.html