«Somos energía»

Ante esa frase, ¿qué se contesta? Porque, técnicamente, tiene razón. Somos «energía», pero entendemos que no se refiere a eso. No se refiere al elemento que se conserva en la simetría temporal del espacio-tiempo. Habla de algo etéreo, abstracto, un algo inmaterial, en el contexto de una cosmovisión mística y esotérica, en la que existen relaciones e interacciones, hasta donde sabemos, imaginarias entre sus elementos (uno de ellos, la mentada energía que no es tal).

Ideas que han surgido como respuesta «laica» ante las carencias que dejan las religiones tradicionales, pero que llenan la necesidad de sentido y propósito de la existencia misma. Ideas que no pasan por el tamiz del rigor intelectual, pero sí alentadas y favorecidas por nuestros sesgos cognitivos. ¿Qué se contesta cuando esa frase te quiere hacer evidente lo que es evidente para él: que por ser lo que eres, media un mecanismo «obvio», que hace pasar lo que ha pasado?

— Sí. Somos energía… ¿Y?

Javier
Javier

Maestro en Ciencias de la Computación (UNAM). Durante mucho tiempo interesado en la difusión del pensamiento crítico, la ciencia y el escepticismo. Estudioso de la inteligencia artificial, ciencias cognitivas y temas afines.

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