Jesús de Nazaret

«Caballo de Troya»: la guía definitiva

El artículo inicialmente apareció en esceptica.org.

Lector, ¿tienes curiosidad por saber si Caballo de Troya es real? O por el contrario, ¿estas harto/a de que tus amigos, jefes y vecinos, te citen las palabras de Jesús vía el mayor «Jasón» y su amigo «Eliseo»? ¿Que te hablen de los grandes secretos que guarda la USAF? ¿De los swivels y demás parafernalia destinada al viaje en el tiempo? ¡Entonces estás en el lugar correcto!

Caballo de Troya es uno de los mayores éxitos de editoriales de J. J. Benítez, y aún hoy, es muy vendido. ¿De qué va? Ya saben: militares realizando proyectos ultrasecretos de viaje en el tiempo, que deciden ir a la Palestina de Jesús de Nazaret, lugar (y momento) donde la revelación golpea su alma, convirtiéndolos en transmisores del mensaje espiritual del hijo de Dios.

Así dicho no parece haber nada extraño, quizá una historia sugerente pero nada más, con la salvedad de que muchos de sus lectores piensan que la trama ahí narrada… agárrense de la silla… no es ficción. ¡Ay nanita!

Para zanjar tan importante asunto, he aquí este escrito (artículo solo para conocedores o amigos de los conocedores).

Bueno. ¿Es o no es real?

Para el creyente no se puede zanjar una cosa de semejante importancia así nada más. Y estoy de acuerdo. Esto tiene mucha tela de donde cortar. Antecedentes, evidencias y todo; servidos aquí, en escéptica, en bandeja de plata para nuestros lectores. ¡A la carga pues!

Fuentes de «inspiración»

A J. J. Benítez le encanta hablar de sus miles de fuentes de inspiración. Yo solo voy a mencionar tres relacionadas con la confección de Caballo de Troya: El libro de Urantia, los documentos de Nag Hammadi, y los documentos del caso UMMO.

Las cuestiones técnicas: el caso UMMO

Portada del libro Cdt1

El caso o fenómeno «UMMO» fue muy popular en España allá por los años 60 y 70. Y comenzó con la recepción de cartas escritas por supuestos extraterrestres a diversas personalidades. Literalmente «mecanografiadas». ¡Sí! ¡En maquina de escribir y todo! Pero no se dejen engañar amigos lectores. Estos mensajes alienígenos no eran los típicos «amaos los unos a los otros», «hagan la paz y no la guerra» o «no dilapiden su energía». No. Aquí se hablaba de biología, física, filosofía. Del cosmos. En plan divulgativo se hablaba hasta de las cámaras fotográficas de los extraterrestres. ¡Sí señor!

¿Qué tiene que ver esto con Caballo de Troya? Pues J. J. Benítez, como «investigador» del fenómeno OVNI, conocía este caso. Y como tal, también tuvo acceso a los documentos UMMO. Dichos escritos, que rebozaban de descripciones técnicas y científicas sobre multitud de asuntos, no pasaron desapercibidos ante sus ojos, y los aprovecho muy bien. Podríamos decir que la práctica totalidad de los vericuetos técnicos empleados por nuestros funcionarios de la USAF, los viajeros en el tiempo, están sacados de ahí, formando parte de la novela Caballo de Troya. Y a las pruebas me remito.

¿Recuerdan los swivels, esas entidades elementales que «girando su eje» nos podían hacer viajar por el tiempo? Bien. Esas entidades, en los documentos UMMO, se llaman ibozoo uu. ¿Recuerdan la «membrana», esa cosa que envolvía a la «cuna» (la máquina del tiempo)? En los documentos UMMO se llama itooaa. Y cuando digo «se llaman» me refiero a que Benítez cogió el texto de los documentos UMMO tal cual, ¡y solo cambio el nombre de las entidades mencionadas! Alucinen:

Extracto de los documentos UMMO:

Como hemos reiterado en páginas precedentes, en el instante en que todos los IBOZOO UU correspondientes al recinto limitado por la ITOOAA cambian de «ejes» en el marco tridimensional en que está situado el observador, toda la MASA integrada en dicho recinto deja de poseer existencia física.

Un extracto de Caballo de Troya:

Como ya he reiterado en otras oportunidades, en el instante en que todos los swivels correspondientes al recinto limitado por la membrana cambian los ejes en el marco tridimensional en que está situado el observador, toda la masa integrada en dicho recinto deja de poseer existencia física.

Una transcripción del documento UMMO mencionado arriba (dedicado a las naves ummitas) lo pueden encontrar siguiendo este enlace (ZIP).

Ovni UMMO
Famosa fotografía del caso UMMO, con el símbolo característico en la parte de abajo.

Este es solo un pequeñísimo ejemplo. Lo transcrito es MUCHO MÁS. Para zanjar la cuestión de que Benítez conocía este pasaje en particular, baste decir que él mismo lo cita, con anterioridad a la publicación de los Caballos de Troya, en su libro, Los astronautas de Yavé en el capitulo 22: La cueva, permanentemente iluminada, en la sección: ¿Un cambio tridimensional instantáneo?

La inspiración ummita no se limita al viaje temporal, también está presente en cosas como las «lentes gaseosas» que Jasón utiliza en la «Vara de Moisés», en sustitución de los primitivos lentes formados por cristales (el texto ummita correspondiente se encuentra aquí en ZIP), así como las memorias de titanio que usa la revolucionaria computadora de la «cuna» (el documento ummita correspondiente se puede leer dentro de este ZIP aquí).

(Los documentos ummo citados son cortesía de ummo-sciences.org).

No está de más mencionar que el caso UMMO ha sido considerado un gigantesco fraude desde hace mucho. Y la descripción del viaje en el tiempo de Benítez está inspirado en él. Así es, no hubo tal viaje en el tiempo. Lo siento.

El autor sosteniendo un libro
Que alguien me haga dormir más.

Como extra a los datos técnicos aparecidos en la novela, podemos mencionar que los análisis científicos hechos a la sábana que envolvió el cuerpo de Jesús, mencionados en Caballo de Troya (en el 3 si no mal recuerdo), están fuertemente «inspirados» en el libro Veredict of the Shround de Kenneth E. Stevenson y Gary R. Habermas. Título traducido en algunos lugares al español como La Sábana de Cristo. No es de extrañar, si Benítez en su libro El enviado, también se «inspiró fuertemente» en dicho trabajo.

Me reservo el derecho a no dar mucho crédito a las conclusiones de estos señores, que ven al sudario como una prueba de la presencia de dios en la Tierra.

Zanjado el asunto de si se realizo el viaje al pasado o no, queda por delante lo que más importa al devoto…

Y el mensaje espiritual, ¿qué?

¡Aquí está la médula del asunto! A la gente no le importa mucho que un viaje en el tiempo no sea real, con tal de que el mensaje espiritual de su Jesús permanezca intacto. Este no será el momento para hablar de ello. Tan solo se citarán las fuentes que demuestran que Caballo de Troya no es un trabajo original. Quizá en otra ocasión (o lugar) hablemos de la veracidad de esas fuentes «originales» de las cuáles «bebió» J. J Benítez. Y no. No salen bien paradas tampoco.

El Libro de Urantia

El libro de Urantia

A lo que venimos. Aunque ha sido anunciado por muchos lo repito: la principal fuente de la narración, hechos, trama, mensaje espiritual y demás; se encuentra en El libro de Urantia. Pero, ¿y ese quién es? Vayamos por partes.

El Libro de Urantia (LU) es un masivo libro consistente en 2,097 páginas en inglés. Se autoproclama «la quinta revelación de los tiempos» y sus seguidores se lo toman muy en serio. Se presenta a sí mismo como una compilación de datos de origen sobrehumano. Se describe como una revelación que presenta la información desde el punto de vista de ciertas personalidades celestes. Los temas tratados principalmente son: visión cosmológica del universo, datos científicos relativos a la organización planetaria, historia de la tierra, vida y enseñanzas de Jesús. De su existencia se deriva la creación de la llamada Urantia Brotherhood y la Urantia Foundation, principales organizaciones dedicadas a su difusión.

Si deseas consultar nuestro análisis de El Libro de Urantia, consulta: El Libro de Urantia, un análisis, en este mismo blog.

Pues bien, Benítez acepta (a veces, después de hacer mucho berrinche), que se «inspiró» en dichos manuscritos. Nosotros decimos que se los copió. Afortunadamente El libro de Urantia está en línea. Si eres de los que se sabe Caballo de Troya de memoria, entonces no tendrás problemas en comprobar las «transcripciones» literales por ti mismo. ¡Ahí van algunas referencias!:

Hay muchas más, pero dejamos al lector encontrarlas. ¡Está todo! Los problemas de Jesús con su madre, el amor que sentía una chica llamada Rebeca por Jesús. Todo… bueno, casi todo.

Unas muy contadas palabras que Jesús comparte con Jasón en la primera entrega de la novela no están en El libro de Urantia. El autor «bebió» de otra fuente: los documentos de Nag Hammadi.

Evangelios apócrifos

Los documentos de Nag Hammadi son una colección de textos gnósticos de los primeros cristianos descubiertos en el pueblo de Nag Hammadi, Egipto, en 1945. Y su documento más famoso es el Evangelio apócrifo de Tomás, con la única copia completa conocida.

Los documentos de Nag-Hammadi

En él podemos encontrar muchas frases aparecidas en el primer número de Caballo de Troya. Palabras perdidas que no aparecen en El libro de Urantia. Un pequeñísimo ejemplo:

Extracto del Evangelio de Tomás (versículo 2):

Yeshúa dice: Que quien busca no deje de buscar hasta que encuentre, y cuando encuentre se turbará, y cuando haya sido turbado se maravillará y reinará sobre la totalidad {y hallará el reposo}.

Un extracto de Caballo de Troya:

Bienaventurado el que busca, aunque muera creyendo que jamás encontró. Y dichoso aquél que, a fuerza de buscar, encuentre. Cuando encuentre, se turbará. Y habiéndose turbado, se maravillará y reinará sobre todo.

De la totalidad de 114 versículos del Evangelio de Tomás, su servidor ha encontrado los siguientes como incluidos, de alguna u otra forma, en Caballo de Troya: 2, 3, 4, 5, 16, 17, 18, 28, 29, 30, 37, 47, 75, 82, 100, 113, 114.

Los conocedores de la obra los reconocerán en seguida. ¡No vaya a ser que este evangelio resulte más leído que los «oficiales»!

(Se puede consultar el Evangelio de Tomás completo a través de éste vínculo).

¿Pero por qué insiste la gente en que es real?

En principio, el problema parece cosa de los lectores más crédulos al pensarse que una historia como esa podía ser real. Pero Benítez ha tenido su papel en la fiebre troyana.

Siempre que puede, insiste que es el producto de una investigación. ¿Cuál investigación? Todo está en LU, en otros libros, ¡o se lo inventa! (o lo aplica mal, como Daurmith, que sabe más de historia que yo, nos ha señalado en un caso particular).

J.J Benítez
J. J. Benítez. Se ve feliz.

Con motivo de la aparición de su libro Hermón. Caballo de Troya 6, en una entrevista para La Vanguardia [9-jun-1999] J. J. Benítez textualmente dice: «No es una novela. Muchos se quedan más tranquilos pensando que es una novela». Cuando le preguntan «¿Qué es entonces?», responde: «Investigación. Yo soy periodista. […] Yo no invento nada». La actitud de Benítez a sido muy ambigua. Cuando se le preguntaba si la novela era real se limitaba a contestar cosas como ésta (preguntas y respuestas tomadas literalmente de su página web oficial [16-dic-2001]):

PREGUNTA: «¿Que hay de cierto en estas acusaciones que hacen sobre su «plagio» sobre el Libro de Urantia referente a la Saga Caballo de Troya?»
RESPUESTA: «Esas acusaciones son una calumnia.»

PREGUNTA: «¿Cuanto hay de verdad en Caballo de Troya?¿Lo escribiste entrando en alfa y «viajando» hasta allí?»
RESPUESTA: «Quizá lo haya repetido un millón de veces: en los Caballos hay mucha más verdad de lo que podamos imaginar. No lo escribí en estado alfa. La fuente es la «mejor»…»

PREGUNTA: «Hola Juanjo, una vez más he de preguntarte lo siguiente pues es muy importante para mi. ¿Caballo de Troya esta basado en hechos reales?»
RESPUESTA: «Repito: la información contenida en los «Caballos» no es ficción.»

Uno podría atribuir esas respuestas a una fe ciega en los escritos de Urantia por parte de J. J. Benítez. ¿Será?

Pero eso no era lo que decía antes. En las primeras ediciones de Caballo de Troya aparecía un epílogo, que era explícito sobre la ficción contenida en la novela. Aquí está:

Epílogo
(Haz clic para verlo a tamaño completo)

El epílogo desapareció misteriosamente en ediciones posteriores. ¿Quién entiende?

Para terminar

Se mencionaron tres fuentes de inspiración que terminaron siendo cuatro, revisamos las fuentes originales de nuestro autor. Conocimos su cuestionable proceder. Todo a vuelo de águila. Pero bueno, se hizo.

Que Caballo de Troya ha causado revuelo lo sabemos de sobra. Que ese revuelo se deba a que la gente crea, o quiera creer, que cuenta una historia verídica, preocupa.

La pregunta que realmente intriga mi alma es la siguiente: ¿J. J. Benítez es simplemente un embaucador, o de verdad ya perdió la cabeza por El Libro de Urantia y se lo traga todo, justificando con su «mensaje espiritual y de amor» su no muy ético proceder? Eso amigos, el verdadero misterio que encierran los Caballos de Troya, solo él lo sabe.

Addendum

No quiero irme sin hacer mención de este interesante texto, donde Luis Alfonso Gámez hace un repaso del proceder deshonesto y tergiversador que ha tenido J. J. Benítez a lo largo de los años: Benítez contra Gámez: historia de una condena.

Ahora sí, adiós.


La imagen de Benítez salió de aquí.
La portada de El libro de Urantia salió de Sabiduría Herética.
La recreación de los documentos de Nag Hammadi salió de acá.

Javier
Javier

Maestro en Ciencias de la Computación (UNAM). Durante mucho tiempo interesado en la difusión del pensamiento crítico, la ciencia y el escepticismo. Estudioso de la inteligencia artificial, ciencias cognitivas y temas afines.

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213 comentarios

  1. hola, efectivamente se ha tejido con muchos conocimientos muy fabulosos e increibles que se adelantan a cualquier cosa conocida, como ovnis y enlaces entre los mismos 10 libros, a fin de cuentas la lectura es una forma de programar la mente de otros, si lo escribió o se lo regalaron no importa tanto, un programa que se decodifica puede correr en cualquier computadora, los textos tambien son programas para la mente, la pueden modificar sin duda, algunos cerebros no volverán a ser los mismos, otros sí. tambien en el oscurantísmo quemaron los libros. La mente que tiene la capacidad de evolucionar es la que da el salto sin importar la fuente del mismo y el código crea algo mucho mas poderoso que la secuencia original.( hay muchísimo más que del simple comtenido del libro).

  2. Muy bien tu investigación ahí un vídeo donde dice Juanjo yo solo a sembrar la duda por todas sus novelas nomas te falta algo viejo tener un encuentro personal con Dios es mas real que lo que cree saludos

  3. Aunque soy católico me gusta mucho como explicas CdT. Yo tb creo q es ficción. Me pareces un gran divulgador q trata de explicar científicamente los hechos. Un afectuoso saludo!!

  4. Hola Javier! Estoy leyendo Caballo de Troya 3. La saga de alguna manera envuelve. El propio Benítez ha dicho que cualquiera con dos dedos de frente sabrá reconocer si la obra (Caballo) es real o ficción. De entrada parece real y eso te hace seguir con la lectura. Pero una vez adentrado te das cuenta que hay cosas que no cuadran. Yo he leído unas tres veces completas la biblia de pasta a pasta y eso hace que mi fe no cambie aunque lea la saga completa. Varias veces más he leído otros tantos libros de la misma biblia saltados. Así que no caigo tan fácil en otros «evangelios». A mí me sorprende que hallas (hayas) leído los nueve libros y encima también Urantia. Debe de ser agotador, pero si se encausa en buena manera vale la pena. Te agradezco tus aclaraciones sobre éste libro. Yo tenía dudas de los que decían que era una copia de Urantia, pero con tus enlaces y comentarios me ha quedado más que claro. Veo que no eres religioso, yo si lo soy, y en lo que puedo, predico el evangelio ; por eso me interesa saber todo lo relacionado con ésta obra y algunas otras. Teniendo tanto qwue decir, lo dejo hasta aquí y te deseo éxitos en tus labores. Felicidades!

  5. Gracias Javier por este magnífico articulo del libro CdT hoy acaba de llegar a mis manos y comenzaré a leerlo. Me gusta mucho tu forma de reaccionar frente a comentarios imbéciles y poco educados de algunos de los que leí ya que en ningún momento respondiste de forma agresiva, más bien guardaste la educación.

  6. Los Caballos de Troya de Benítez no sólo son un plagio del Libro de Urantia y otras fuentes, sino que además están terriblemente mal escritos, especialmente desde el tomo cuarto. Es obvio, cuando salieron las primeras acusaciones de plagio, allá por finales de los 80 del pasado siglo, el tercer tomo acababa de ser publicado. Este asunto no afectó a Benítez a la larga, pero por si acaso, decidió cambiar el estilo de escritura a partir del cuarto volumen para que nadie le volviera a decir que copiaba literalmente del Libro de Urantia. Cualquiera puede darse cuenta de que en los tres primeros Caballlos, la lectura es fluida e incluso agradable, pero a partir del cuarto Caballo, el estilo de escritura es algo similar a esto:

    «Aquello no iba bien. Lo sentía dentro. Desde pequeño siempre he tenido esos «tics». Siempre me ha llegado «información», que posteriormente he llegado a saber que provienen de la «nave nodriza».

    Pero esto era más «interior». Una sensación punzante en mis entrañas. Desconocida, palpitante, intensa.

    Por suerte recibí un mensaje de mi Padre Celestial, enviado desde esa «nave nodriza» que siempre me protege. Una voz interior me susurró que la sensación punzante se podía evitar con la ingesta ceremonial de determinadas y secretas frutas.

    Musité una plegaria de agradecimiento a la «nave nodriza» por su constante velar por mi persona, y procedí a la susodicha ingesta.

    Como de costumbre, los consejos de la entrañable amiga y consejera de otro mundo dieron justo en el blanco. Pocas horas después mi ser se enfrentaba al blanco del inodoro, con esa críptica inscripción que jamás he podido, ni con la ayuda de tan elevadas instancias, decodificar correctamente : ROCA.

    Musité OTRA plegaria apresurada a la «nave nodriza». Apresurada porque los acontecimientos se precipitaban…

    Me dejé caer sobre la blancura impoluta y cerámica. Sin emabrgo, una inesperada sensación recorrió mi ser…

    ¡Buen Dios! Mi proverbial despiste… ¡Había olvidado bajar la tapa antes de sentarme! Y las células epiteliales de mi culo prácticamente rozaban la capa de agua del fondo…

    Me fui levantando por etapas, que intercalaba con improperios a mi persona por mi proverbial despiste.

    ¡Uno! – levantamiento de glúteos de la taza – ¡Memo!
    ¡Dos! – extensión hacia arriba de la espalda sin estirar aún las rodillas – ¡Necio!
    ¡Tres! – Estiramiento de rodillas y extensión completa de la forma humana – ¡Descriptor compulsivo de detalles vacuos e intrascendentes!

    Una vez erguido, procedí a volver a dejarme caer, pero esta vez con la tapa ya bajada, musitando entre dientes una NUEVA oración a la «nave nodriza» por la oportunidad de enmendar los errores que este pobre investigador no para de hacer uno tras otro…

    Y comencé mi defecación. Sin embargo, notaba que el esfuerzo (aún notable) producía en las puntas de mis pies un estiramiento y posterior recogimiento, que además producía que el brillo impoluto de sus bruñidas superficies impactase en mis retinas como un mensaje pleno de sentido.

    ¿Qué me estaría intentando comunicar la «nave nodriza»? Tras un par de transformaciones vectoriales y fractales mentales, pude decodificar la secuencia de brillo-oscuridad. La nave nodriza me recordaba que debía limpiarme adecuadamente el culete…

    Musitando OTRA plegaria más, acabé la defecación y procedí a la limpieza con papel higiénico, tal como se me había sugerido desde el espacio exterior. Decidí finalmente rematar el acto con unas sencillas abluciones que extremasen la higiene.

    Decidido a ello, me dejé caer en el bidet (¿por qué siempre me dejo caer? Debería aprender a sentarme como todo el mundo, con esta manía de dejarme caer en todos lados en vez de sentarme me pego cada costalazo impresionante). Mientras me limpiaba noté un nuevo mensaje codificado con una sencilla clave de Cagliostro en los ruidos de las cañerías. «Esto no te exime de lavarte las manos, te recuerdo».

    Reprimí una NUEVA plegaria a la nave nodriza (no es plan de saturar los circuitos moronciales con tanta plegaria) y me limité a un escueto y educado «Gracias». La nave respondió «De nada» con un par de borbotones de la cisterna. Qué atenta es. A veces echo de menos cierta intimidad.»

    Y ahora como lo escribiría una persona normal:

    «Iba estreñido así que comí ciruelas. Cuando hicieron efecto me senté y cagué. Después me limpié con papel y ya puestos me di un agüita para estar más limpito y fresco. Por cierto, hay que ir pensando en cambiar la fontanería : las cañerías hacían un ruido de cojones».

    Y así la mayoría de los libros de Benítez. No soy capaz de comprender por qué sigue habiendo alguien que se tortura leyéndolos.

  7. como tu alguna vez fui escéptico, por que no creía en nada, pero me llego una frase que me cambio, cuando un incrédulo al que le muestran algo increíble dice esto se tiene que ver para creerlo y un niño le contesta no por el contrario hay que creerlo para verlo. por eso los que creen saberlo todo no ven

    • Que tengas que creer algo para entonces verlo, ¿no te suena a que eso en realidad no está ahí, y eres tu el que lo está creando en su mente?

  8. La fanaticada religiosa, asi como la «atea» están igual de distorsionadas en la realidad, me llaman hereje por no creer sus estúpidas teorías que solo sirven a una minoritaria masa de acólitos dispuestos a obtener el poder a toda costa, no importando que la gente débil (que es la mayoría ignorante) se trague sus cuentos sobre un castigo eterno después de la muerte, si la gente quiere creer algo que lo crea, no me concierne en absoluto si su fe los salva o los ata a la oscuridad, pero que no traten de convencer al prójimo con unos ideales utópicos que al final, y eso puedo asegurarlo, ni ellos mismos creen, coincido con usted Javier, el pensamiento crítico y la razón deberían ser las guías tanto materiales como espirituales para toda la gente,saludos.

  9. Ahh, debo admitir y añadir que esta muy entretenida la historia de caballo de troya, aunque mucha paja, al igual que toda la biblia y toda la artillería que consideran sagrada, en cuestión de la biblia todos los libros que contiene son muy muy adictivos, quien los escribió o los que los escribieron, vaya que conocían muy bien alguna buena droga, geniales para narrar, lastima para todos ellos que el tiempo creo verdaderos críticos que no solo ven la fe, sino también sus errores.

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