Fue un día muy ajetreado, no dejaban de llegar uno tras otro a la sala. Desde que empezó mi turno de la madrugada, comenzó la acción.
La radioterapia para mí significa que me saquen del infierno en donde vivo y me traigan al hospital todos los días para unas quemadas en mis partes.
Me surge un temor extraño de necesitar más vueltas, mayor mérito de ser esterilizada, atendida por los seres y las máquinas que remueven el mal.
Ella, de cuarenta y tantos y yo, somos las más jóvenes y las de aspecto más saludable en la sala de espera de radioterapia a donde vamos todos los días a las seis y media de la mañana.
Parábola sobre el ensimismamiento humano y gatos.
Un breve sueño acerca del planeta Neptuno y las implicaciones de su aparición en el cielo de la Tierra. Una fantasía onírica.
Un diálogo entre una padre y su hija sobre la caída de la Luna, pero más importante aún: la historia del Universo.